Un sitio que fue el más cotizado década y media atrás, comienza a devaluarse por múltiples carencias. Si no se le invierten recursos y se le pone más cariño, seguirá en picada y muchos irán a la quiebra.
El fenómeno lluvioso que afectó la Isla entre noviembre y diciembre de 2010, con gran repercusión en el turístico municipio Antolín del Campo y su emblemática playa El Agua, fue “la gota que rebosó el vaso”, en cuanto al destrozo vial e impacto ambiental en general. Lo demás ha sido una súper baja temporada, donde la cantidad de visitantes es ínfima.
En medio de la soledad reinante, sólo destacaba este jueves la presencia de un camión de mantenimiento de la empresa eléctrica, entre otros funcionarios que abonan el camino para los “operativos” característicos del próximo período turístico.
La Semana Santa es un “salvavidas” provisional, porque los bajos ingresos que han tenido los comerciantes de la zona y dueños de restaurantes, crean entre ellos desesperanza y hasta desconsuelo, como expresa Luca Mancini.
“Es verdad que viene Semana Santa y se habla de los operativos, pero como siempre nos preguntamos, ¿y después qué? La realidad es que el negocio no da la base.
El encargado de otro establecimiento, quien pidió reserva de su nombre, señaló que en playa El Agua “el caos es total. Estamos mal. Muchos establecimientos sólo abren los fines de semana y otros sí están activos, porque trabajan con hoteles que traen a la playa a sus huéspedes”.
EMERGENCIA VIAL La situación de la vialidad, sobre todo hacia el final del bulevar, es de deterioro. Socavada en una buena franja e inaccesible en otras partes. Perros callejeros con todo tipo de enfermedades, inseguridad y desaseo en la vía principal, se agregan a la lista de problemas a solucionar. Además de esperar por recursos para la emergencia que aún no llegan.
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