Esta dependencia judicial tuvo vida
productiva en los previos del municipio Antolín del Campo, se pudiera creer que
se originó antes del año 1915, porque la tablilla o placa lo identificaba como
juzgado del municipio San José.
La placa referencial estaba colocada en la
pared de la edificación de la que fuera casa de Evangelista Rodríguez, la
bodega de Luisa Julia, el restaurant
Camoruco y hasta hace poco el servicio de protección civil del municipio, haciendo frente al Palacio municipal.
El juez que dio los últimos toques como magistrado fue José
Rosas Figueroa (hijo de Genaro Rosas y
Aurelia Figueroa) de la población del
Salado.
Su equipo humano lo conformaban Gloria
Salazar Arias como secretaria y Eugenio Natera como aguacil.
Se dice que la sede del juzgado del municipio
San José o Antolín del Campo, era el sitio de tertulias para conocer los
adelantos sobre qué información llegaba del helicóptero que en ese tiempo se
posaba sobre lo más alto del cerro GuayamurÍ investigando la posible existencia
de Uranio para ser explotada por los E.E.U.U.
Los documentos se hacían con plumillas que mojaban
en el tintero de la mesa y la secretaria con una pluma EsterBrook 45.
No llegó a conocer el juzgado o titular del
mismo la pluma Parker 71, la Chifer ni la famosa y universal Waterman.
Con el cierre del juzgado municipal quedan
atrás los recuerdos de gente importante como Wenceslao Hernández, Jorgito García Fermín, Pacho Higuerey y de su último titular José Rosas Figueroa, el hombre de la mejor caligrafía de la región.
Eran los últimos días del período presidencial
del General Marcos Pérez Jiménez, cuando queda el municipio Antolín del Campo huérfano
de ese servicio público.
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